Cuando empezamos con ràfega, sabíamos que nuestros abanicos podían convertirse en un detalle de boda para invitados. Lo que nunca imaginamos fue que novias y novios los elegirían como accesorio protagonista en uno de los días más importantes de sus vidas.
La primera vez que recibimos ese mensaje nos emocionamos. No solo porque alguien confiaba en nuestra artesanía para su boda, sino porque descubrieron en el abanico lo mismo que nosotros: un objeto bello, elegante y funcional, capaz de acompañarles en un momento único.
Desde entonces, cada vez que una novia o un novio nos cuenta que llevará un abanico ràfega en su celebración, sentimos que nuestra labor cobra un sentido distinto.
Un abanico en una boda no es solo un gesto práctico para las celebraciones en primavera, verano o principios de otoño; es también un símbolo de estilo, de personalidad y de memoria. Y con esa idea hemos creado piezas que pueden caminar junto a vestidos, trajes y detalles escogidos con tanto esmero.
El Havana es nuestro clásico. Mide 23 cm, con varillas de madera de mongoy y tela blanca de algodón. Podría parecer sencillo, pero para nosotras representa la elegancia del “menos es más”. Acompaña sin robar protagonismo, como un cómplice silencioso.

El Varifuera Hivern es distinto. Mide 21 cm, es más atrevido, con varillas gruesas que se intercalan con la tela. Es un abanico pensado para quienes disfrutan de los detalles, de esas pequeñas cosas que convierten una celebración en un recuerdo inolvidable.

Nuestro nuevo abanico Cotó lleva la elegancia y la artesanía al limite, siendo el perfecto acompañante para llevarse todas las miradas de ese día especial.

Y luego están nuestros abanicos azules, el Marino, el Estrella o el Cielo. Hay parejas que siguen la tradición del something blue, ese detalle azul que simboliza amor, fidelidad y pureza. Algunas lo llevan en los zapatos, otras en los pendientes… y algunas se arriesgan con algo inesperado, como un abanico.


Todos nuestros abanicos son creados a mano, pieza por pieza, por familias con décadas de experiencia. Cada abanico lleva grabado el sello AEA “Abanico Español Artesano”, que certifica su autenticidad y origen en España.
Más allá de la madera y la tela, cada abanico guarda historias: la de quienes lo elaboran, la de quienes lo regalan y, sobre todo, la de quienes lo llevan en un día irrepetible, como una boda. Porque un abanico no es solo un accesorio. Puede ser un recuerdo, un símbolo y en el momento en el que dices “sí”, un compañero de emociones.
Aunque esta es solo una pequeña selección, estamos seguras de que encontrarás otros diseños que encajen con tu estilo y tu boda. Te invitamos a explorar más en nuestra web y, si decides llevar un abanico ràfega en tu gran día, nos encantará que compartas tus fotos con nosotras en redes sociales.
























